El mes de la muerte
Me siento hervir por dentro como un saco de agua para los dolores menstruales de los que calientan los pies cuando no hay compañía. Hiervo porque las ansias de vivir me están matando. Anhelo emocionarme pero no llega, sigo meciéndome en la calma chicha de esta normalidad tan repetitiva, tan corriente, tan predecible, tan desapacible. Mi sangre me...