Viento-centro
Se ciernen sobre nosotras
astros de olor ligero
y pepitas doradas
que viven de lágrimas
para explotar en idea.
Se nos va lo que éramos ayer
al escalar los zapatos
y vienen noches
que suenan a romero
para curarme los tajos.
Encontré un viento
de pelusa amarilla y tizón
que cura cuando acaricia
y mima las rosas con tos.
Nace entre placas tectónicas
saltarín y almibarado
morado aceite
hacia el alma
desde el calor.
Repudio hoy las ventanas cerradas
las paredes macizas como la ciencia
las cerraduras diamante
la vestimenta
el sistema decimal
los límites
las divisiones
los sectores
las categorías.
Repudio todo lo que me quiera contener
quietecita y situada sin margen de impredictibilidad,
separada de tu correr.
Viento-centro,
sólo te pido, solamente,
que me soples a lametazos
los pelos y las perlas de sudor,
guíes mi danza sin coreografía,
pintes espirales de barro y sangre,
viento-centro,
que no frenes.