Antídotos

He estado deseando envenenarme. Tengo seis vicios, algunos prescindibles y otros de vital necesidad: El chocolate, el amor, el sexo, el alcohol, la cafeína y el humo. ¿Podría considerar que algunos tienen un carácter benévolo? No me entrará cáncer por estallar en orgasmos ni me matarán a perdigonazos los granos de café. Pueden, por inocentes que parezcan, destruirme todos: unos por dependencia, otros por intoxicación.

Alguien, un alguien plural, me ha salvado, sin embargo. Sé que he vivido en el futuro de muchas personas. No me han dejado sola en sus imágenes de lo que será, se han asegurado de representarme viva a su lado. No puedo siquiera comenzar a expresar cuánto lo agradezco.