Bollera
04.06.2019
A veces al besarte siento miedo,
a veces al besarte hay pupilas
martillándome la nuca.
Yo no sé si habrá clavo
que hunda hasta lo letal,
pero tengo miedo
porque podríamos estar sobre una cruz
en tratamiento.
A veces al besarte me alegro
de no usar gafas de cristal
y entiendo el privilegio
de tener el mundo habilitado para mis piernas,
por si tenemos que correr.
A veces en consulta me espero
antes de contar que te beso
dentro y fuera de las sábanas,
por si me vienen a coser la boca
o a sacar el dobladillo.
A mí no me duele el desamor
ni los amores añadidos
ni las crisis ni el qué será.
A mí me parte hacer política
cada vez que nos damos un morreo.