Diciembre
Cada vez que recojo una canica, otra se escurre entre mis dedos y taconea por el suelo para hacerme tropezar. Preferibles serían perlas de baño provocando deslices aceitosos, y vapores, que no niebla.
Una aprende a ser exitosamente fracasada, a desdoblar números en trazos y armonías, y a ahorrar agua desmaquillándose con lágrimas. Así lo hago todo bien.
Somos las que en los ratos libres- trayectos de metro y poco más- nos permitimos apartar del discurso mental hoces y martillos para pensar en brownies veganos que devienen masa primitiva entre labios sonrientes. Somos Parménides, siempre la unidad, lo que se crea y se destruye en versión chocolate.
Queremos luchar incansablemente pero añoramos el Invierno y lo que ello conlleva. Es octubre y de pronto diciembre. Está con alguien y de pronto está consigo. Es nihilista y de pronto sabe que vive para transformar. Transforma con pociones y de pronto transforma quemando miedos y bengalas.