Galería
02.05.2018
Tiene mirada de granuja
la bruja que acecha
en mis comisuras.
Se abre paso
entre las lianas de su melena
que convierte en gargantilla preciosa
como orfebre medieval.
Desde lo alto de las rocas,
balanceándose en cuclillas,
aguarda la caída de la noche
que ilumina mi aorta.
Para nutrirse de mi alma
y contagiarme con sus armas
ese espíritu salvaje
se abalanza entre mis tetas
y exploramos los planetas
de un sistema en que satélite
es regente de la elipse
que describen las serpientes hipnotizadas.
Cada amanecer,
espero que su espada
me dirija la mirada
mostrándome las pisadas
diminutas que las hadas
enjutas han tirado
al aprender a jugar.