Las atacadas
Estamos atacadas,
compungidas, asfixiadas.
Somos atacadas.
Solo hay placer en los anhelos,
dolor en los presentes,
presión en el pecho
- a caballo entre costilla y pulmón.
No entendemos esta forma de ser culpa
y al mismo tiempo consecuencia
porque en su lógica binaria
nos han condenado a la escala de grises
y nos han bautizado sucias
sin mayor explicación.
Ahora filos recorren mis tripas
abriendo canales que me parten en yos.
Me sangran tanto las ideas
que no veo más que restos
de cuerpo, de carne
sin habitante ni decisión.
Corte asesino, corte detective
y ya vacía
para que el alarido resuene.
Me mutilo, me mutilan
hasta que es alivio no sentirme
porque había algo demasiado grande
para poderlo sujetar.
Me quedan:
1. lágrimas que limpian las costras herrumbrosas
2. cuerdas y alfileres que me peguen a la sombra
3. espejos que me engañen
- a mí, vulnerable al acero-
hasta romperse en punzones
y volver a empezar
...el ciclo.
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