Parte 4

13.07.2017

13 de julio

Convertida en un zombie me subí en el tren de la NSB que nos dejaría en Voss. Tuvimos que esperar una hora larga en la que mamá consiguió la caja perfecta para Belén. "Parece que me quité un peso de encima, una pobre mujer que está sufriendo seguro que recibe bien la más mínima ilusión."(...)

Nos tomamos un café en el único local abierto. Los muebles de madera y las telas coloridas querían envolvernos y no dejarnos marchar. Cogimos un autobús y seguidamente un ferry que recorría dos fiordos. El paisaje no era tan diferente del descrito por el Cares en Asturias, con lo que no me parecía tan espectacular. Las gaviotas nos perseguían como si fuéramos pescado putrefacto. Rodeada de coreanos iba escuchando reggaetón y el contraste del paisaje y la música hizo que me diera un ataque de risa.

Tomamos un tren de madera históricamente emblemático. Casi a final de trayecto nos detuvimos para apreciar una cascada impresionante. El momento habría merecido ser pintado de no ser por el show que se desarrolló inesperadamente. Dos mujeres vestidas con tules rojos aparecieron tras una casa en ruinas y música mística resonó entre las rocas acompañando sus bailoteos.

En Myrdal el Hogwarts Express se deshizo de nosotros y otro moderno NSB le dio el relevo. Eso sí, lo hizo con varios minutos de retraso dejándonos solos en la nieve.

Llegué a Oslo sumida en el mismo trance de muerto-viviente con que abandoné Bergen. Por lo general fue un día bastante aburrido. Es más, en el ferry, cuando mi madre vio mi expresión de emoción dijo irónicamente: "¡Qué guapo Mari Carmen! Mañana cogemos otru."

Sin desvestirme siquiera me metí en la cama y a dormir. 

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