Parte 6
Aviso para navegantes, el día 16 de Julio es increíblemente aburrido:
16 de Julio, Oslo
Lo mejor del día de hoy fue la Galería Nacional de Oslo. No quería irme sin visitarla, con lo que me puse pesadita y mi padre me acompañó. Había obras de Rubbens, Goya, Velázquez, El Greco, Delacroix, Coubert, Friedrich, Degas, Matisse, Manet, Monet, H. Backer, Gauguin, Cézanne, Picasso, Artemisa, Dahl, y varios artistas impresionantes pero para mí desconocidos. Estaban también las más conocidas obras de Munch, entre ellas Madonna, El Grito, Pubertad, y Melancolía.
La tarde fue un dormitar entre capítulos de Bates Motel y Orange is the New Black. Estoy bastante deprimida y no tengo ganas de nada realmente.
-ESTOCOLMO- 17 y 18 de julio.
Me desperté y mis padres no dejaban de reírse de palabras como "pompis" y "ñalgues", lo que me produjo una sensación de perturbación tan desagradable como esos vídeos que están hechos con algo similar a la plastilina y no tienen ningún sentido.
Cogimos el tren a Estocolmo después de comer. Mi compañera de viaje fue la horrible ansiedad que impide respirar en condiciones y no se va ni a patadas. Ahora sé lo que es convivir con la falta de aire prolongadamente y no de manera puntual.
En el trayecto mi madre recordó a mi hermano cayéndose de la cama con tan sólo unos meses. Me reí tanto que recuperé el oxígeno por unos instantes. Al pobre le pesaba más la cabeza que el resto del cuerpo, con lo que tras impulsarse con las piernas hasta el extremo del colchón, la fuerza de la gravedad tiró de su cráneo y desapareció entre el somier y la pared.
Nos equivocamos de casa y entramos al jardín del número 6 en lugar del 8. Por suerte nos topamos con un ciervo que debía de haberse colado allí, igual que nosotros, y pude grabarlo hasta que mamá lo espantó.
Tras darnos cuenta de nuestro error entramos en la vivienda de Anne quedando boquiabiertos. Era preciosa. Todo el barrio lo era. Mi padre seguía defendiendo que Oslo era intachable, pero a nosotras nos maravillaba el encanto de Estocolmo.
Estocolmo rápidamente se convirtió en "Esto es el colmo" y mi padre exclamó "Oslo dije". En la casa sólo había espacio para dos, con lo que tuvimos que improvisar una cama en el suelo. De no haber sido porque mi madre estaba sacando miles de ideas para decorar nuestra casa de Lastres, habría puesto una reclamación en Homelink.
Yo dormí con mi madre en la cama matrimonial esa noche. A eso de las cinco de la mañana Marina me llamó y tuve que fingir que se trataba de la alarma. Un hombre la estaba siguiendo a la carrera gritando que se la iba a follar. Creo que las valoraciones se hacen solas.
Al día siguiente conocimos todas las iglesias de la capital sueca, mucho más bonitas por fuera que por dentro, y la galería Fotografiska. Esta ciudad es una extraña mezcla de París, Roma y Tallin. En Gamla Stan había cientos de tiendas de souvenirs con llaveros de Pipi y en las calles menos turísticas se veían anuncios publicitarios, a diferencia de Oslo. Echaba de menos esta cultura consumista que detesto pero me hace sentir respaldada a la vez. Las ciudades me parecen menos ciudades sin publicidad, y en la ciudad me siento menos sola.
Vimos pasar un barco apodado "Dancing Queen" y cuya conductora parecía integrante de ABBA, no sólo por su físico sino por su uniforme plagado de dorados.