Sara
22.05.2020
Nunca nos sentábamos juntas en el avión. Una mañana de resaca jugamos con los carritos del aeropuerto y nos comimos unas patatas.
Te dormiste con la cerveza en la mano y yo soñé que un arroyo transparente corría sobre mi nuca. Desayunamos huevos en un bar cutre del barrio.
Íbamos a un pub irlandés donde ponían música de los 80 porque se parecía a MClarens. Me regalaste una cajita con amuletos de bruja para que no me faltase a mí misma. Me acogiste en tu cuarto cuando no podía dejar de llorar. Cada vez que nos vemos se alargan las horas. Fuimos al estanque del Parc de la Ciutadella para darles de comer a los patitos recién nacidos. Me acompañaste a elegir un liguero y unas medias con estampado. Estabas ahí cuando me tatué por primera vez.