Suero fisiológico
En Madrid esnifo suero fisiológico
por limpiarme la destrucción dada.
Gota, gota, B12, pintalabios, lista
para no llegar a tiempo.
Plaza de Oporto:
Un hombre vende humitas,
un muro grita anarquismo,
puesto de flores,
un semáforo que no sirve
porque corremos a través de la carretera
apresuradas.
Carabanchel a veces duele porque no se esconde.
Murmulla sin detenerse
a través de ventanas semitransparentes
de luz dorada y vidas que buscan su forma.
La gente está jodida
por eso ríe.
El tercero sin ascensor,
nunca sé si izqda o dcha
-PIII, la puerta no abre-,
huele a veces a arepas,
suena a veces a concursos musicales.
Se tira por la ventana,
se vuelve casa dentro y fuera
esparciéndose como las crecidas del Nilo
sobre un Madrid ansioso.
Dorado, dorado, oasis,
así en esta estructura de ladrillo.
Da todo.
Le digo a una de las niñas que mayo será lunarmente bueno.
Dorado, dorado, oasis,
hasta con el frío dentro.
Los gatos viven bien en sus tejados,
yo tengo balcones.