Telas (continuación de Bollera)
A veces también me duele
no conseguir brindar por tus besos de exploradora,
por los paisajes que transitas
por las especias que te valoran.
Yo querría ser siempre escucha
a quien narrarle cuentos,
pero me falla un poco el oído izquierdo
y reverberan tus viajes con mis fantasmas.
Esto no,
no es un lamento porque tengas plumas,
no son lagrimones porque tu cuerpo sea navío
en las corrientes de otras aguas.
Esto es permiso para decirte
que tú, sirena, tú, sabana,
tú, aguacero,
a veces los despiertas a todos
para que pueda darles un beso en la frente,
para que sollocen a los pies de esa yo que quería ser roca
y los entienda, les diga sí,
para que no se vuelvan tirano.
Esta forma de hacer política no me parte.
Así, al tumbito, como tú dices,
sin teleología,
en esa red tuya que no engancha,
sólo acuna.
Las bases no descansan en el suelo,
por eso una puede permitirse creer
en este mundo que tanto niega.