Transmutación
07.08.2019
En el plano una gruesa horizontal
divide mi cielo del tuyo.
Nos tiene enganchadas por los pies
viendo lunas crecientes que se miran de perfil,
con un margen de dos horas
anulado por las noches
cuando tu respiración y la mía
flirtean con el micrófono.
Te apareces,
corpórea y plena
según la receta de mi memoria y tu voz.
La nada se doblega a tu antojo
en curvas y caricias
que huelen a seda morena.
Vainilla arenisca de pronto
es pies bajo mis plantas,
un sustento de costa insular.
Así viajas tú
fuera de la piel,
llevándola contigo,
fuera del tiempo,
parándolo conmigo,
fuera de la estructura.